El
fenómeno del K-pop se ha expandido por todo el mundo. La industria musical
surcoreana impone un nuevo modelo en las tendencias juveniles. El K-pop
envuelve toda una cultura que incluye música, coreografía, artistas juveniles y
una industria de mercadeo bastante singular que ha logrado posicionar decenas
de agrupaciones musicales en las dos últimas décadas. En 1992 debutaba en televisión el
grupo musical masculino Seo Taiji & Boys. Ese año se celebraban las primeras elecciones
democráticas en el país. Debido a su estética hip hop y su clara
influencia extranjera, el jurado del programa no los aprobó. Posteriormente, se
convertiría en el primer grupo masculino exitoso de pop coreano o k-pop,
increíblemente popular para una generación ansiosa por conectar con el
extranjero. Junto al revolucionario sonido de Seo Taiji & Boys estaban las
coreografías. En la cultura oriental tradicional, bailar se consideraba algo
deshonroso, individualista y en contra de los ideales de corrección y
templanza. Con los años, se emitieron permisos especiales a los artistas, hasta
llegar a un punto de cierta permisividad con la que ha llegado el crecimiento
en número, calidad y espectáculo de las agrupaciones surcoreanas.
Una
industria que, anualmente produce centenares de artistas que pasan por
rigurosos procesos de formación y entrenamiento, ha generado la gran ola
coreana que gracias a la globalización ha impactado en amplia escala a todos
los rincones del mundo. El K-pop, trasciende al género musical: se incluye no
sólo las fusiones sonoras de dance, rap, rock, hip-hop, electrónica o folk, sino que comprende las coreografías que han logrado
captar la atención de los jóvenes en occidente. Existen grupos de chicas
y grupos de chicos, cada uno cuenta con diferente número de integrantes. El
mundo del K-pop está dominado por cuatro grandes
empresas: SM, YG, JYP y HYBE.
Grupos destacados del K-pop: BTS, Twice, Super Junior, Blackpink, EXO, Seventeen, BIGBANG, NCT,
Girls’ Generation, Stray Kids, Aespa, Mamamoo, IU.